Buniel es una localidad situada al oeste de Burgos, en la confluencia de la carretera nacional N-620a y la Autovía A-62, a 12 Kms de la capital de la provincia.
Es una población de pequeñas dimensiones, similar en tamaño a varias otras situadas en el entorno próximo de Burgos. Presenta sin embargo una característica que la distingue de las demás, que es su situación estratégica, en el margen de la autovía citada y muy cerca del nudo de comunicaciones que suponen las intersecciones de dicha vía con la Autovía de León y Madrid. Situación que ha propiciado en los últimos años un crecimiento poblacional bastante significativo.
El pueblo, ha sabido mantener, no obstante su carácter rural. A pesar de la proliferación de diversas urbanizaciones residenciales. Se pueden distinguir claramente dos aéreas urbanas en función de las edificaciones existentes en las mismas. Por una parte las urbanizaciones residenciales, constituidas principalmente por viviendas unifamiliares, bien aisladas o pareadas, en algunos casos, en hilera en otros. Por otra parte el casco urbano tradicional, el cual ha sufrido pocas modificaciones en los últimos años, por lo que ha mantenido la trama viaria y las características morfológicas de las edificaciones existentes en el mismo.
Dicho casco histórico, está formado por varias calles, que discurren principalmente de sur a norte, en sentido descendente hasta entroncar con la calle del Marqués. Vía principal de la localidad, anterior travesía de la carretera nacional antes citada. Las calles, en su mayor parte tienen una anchura bastante generosa y trazados regulares. Permitiendo la existencia de edificios proporcionados y de amplias dimensiones, por lo tanto estéticamente atractivos.
El casco histórico presenta múltiples ejemplos de arquitectura popular, muchos de ellos en buen estado de conservación, característicos de la zona. Formando un conjunto homogéneo y representativo del estilo rural imperante en la provincia de Burgos. Se trata de casas de tipo unifamiliar, estructuradas en dos alturas, muchas veces con buhardilla, en posición adosada, formando hileras a lo largo de la calle. Su estructura vista desde el exterior, suele ser de muros piedra de mampostería concertada, algunas veces sillería. Otras veces enfoscada para ocultar la trama irregular de la misma. No obstante se aprecian varios ejemplos de fachadas de piedra regular, colocada a hueso en hileras, que dan un porte noble al edificio. Reforzado por la existencia de algún que otro escudo tallado en piedra, situado en zonas destacadas de las mismas. Contrasta este tipo de edificios con otros de carácter auxiliar, como pajares y cocheras, situados en calles más angostas y menos visibles a las descritas anteriormente. Normalmente situadas en las traseras de las edificaciones principales. Estos edificios y las calles donde se ubican han perdido en su mayor parte el carácter auxiliar que tenían para incorporarse al uso residencial, predominante en el casco histórico. Muchos de estos edificios, que originalmente se habían construido en piedra y adobe, con escasa calidad constructiva, han sido por tanto reconstruidos con acabados mas adecuados a su nuevo uso y similares a los utilizados en las edificaciones principales. Existen no obstante todavía diversas muestras de dichas construcciones, en su estado original. Por lo que se aprecia la composición de sus fachadas, con una base de piedra irregular y el resto del paño en adobe enfoscado.
Finalmente pero no por eso menos importantes, cabe distinguir diversas construcciones destinadas originalmente a bodegas. Muchas de las cuales se mantienen en uso y perfecto estado de conservación. Dichas edificaciones que originalmente se situaban en los límites del casco urbano, normalmente en las zonas donde comenzaban las eras del pueblo, ahora han quedado integradas en la trama urbana del mismo. Su construcción en piedra semienterrada, ha sufrido pocas alteraciones a lo largo de los años. Muestra de ello es que gran parte de ellas no cuenta con servicios urbanos.
No debemos olvidar otros edificios integrantes del municipio, cuya finalidad era la de mejorar las condiciones culturales, religiosas, lúdicas y de servicios a los habitantes del mismo. Gran parte de estos edificios, a pesar de seguir en pie y en muy buen estado de conservación, han perdido la función original, para ser reconvertidos a usos más actuales. Como las escuelas, el molino, el lavadero, etc. La iglesia parroquial, parece uno de los edificios más antiguos del municipio, habiendo sufrido diversas reformas a lo largo del tiempo; Que sin embargo, han mantenido su aspecto tradicional.
En definitiva describimos un pueblo que conserva gran parte de su estructura urbana original. Integrada por edificios que ofrecen buenos ejemplos de arquitectura popular. Permitiendo apreciar sobre el terreno, el carácter y sabor de la cultura rural castellana.