Localidad: Buniel

IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA SANTA MARIA LA MAYOR DE LA VILLA REAL DE BUNIEL

Autor del Texto: Leoncio Pérez Merino.

IntroducciónIglesia de Buniel

Con carácter general, podemos decir que ahí donde aparece un núcleo urbano hay un monumento eclesiástico, bien una iglesia o bien una ermita donde realizar las oraciones. Buniel no iba ser menos, de tal forma que en el primer documento escrito en que se hace referencia a Buniel, ya se menciona su Iglesia, aunque parece ser que no se trata de la misma que actualmente conocemos. Ello es debido a que con el paso de los siglos, el pueblo se ha ido lentamente desplazando, buscando la mejor ubicación escogida por sus vecinos.

Caso curioso es nuestro pueblo, que siendo la patrona Ntra Sra la Virgen del Rosario el nombre de la iglesia sea Santa María la Mayor.

Fundación y origen

Realmente no se sabe a ciencia cierta cuando se construyó, inicialmente debió ser muy pequeñita, quizás fuese una ermita, lo que si es cierto es que siempre la llamaban Cabildo de Buniel. A lo largo de los siglos hubo varias reformas de forma que cada una de ellas iba haciendo la Iglesia un poco más grande, hasta llegar a ser la que actualmente conocemos.

Si tenemos en cuenta que en el año 1503 se funda la Regla de la Cofradía de San Sebastián, que se trata de la primera de cofradía que existió en Buniel, podemos presumir razonablemente que la Iglesia por esas fechas ya existía. Por otro lado, el libro de Bautizados comienza en el año 1573 lo que supone otro exponente para mantener dicha afirmación.

Debemos destacar las numerosas donaciones hechas por los vecinos a lo largo de la historia a favor de la Iglesia Parroquial de Buniel y que sirvieron para engalanar la Iglesia, así como para sufragar la propia alma del donante. Se reseña en numerosos documentos escritos la existencia de dichos donativos, que a menudo la Iglesia vendía para hacer frente a las obras de ampliación y mantenimiento del templo. En el Altar Mayor, en la parte en la que comienza la base del altar, apoyado en el muro de piedra, existe una franja pintada de azul y en ella se puede leer, escrito en castellano antiguo, lo siguiente ”está echo a costa de sutencion a fabrica de cofrades y bien echores, año de mil setecientos setenta”.

Planta:

Consta de tres naves y la planta es de cruz latina y coro en piedra.

Retablos:

Debemos destacar la existencia de cinco retablos, estos son:

  1. Retablo Mayor.
  2. Retablo de San Andrés.
  3. Retablo de Santo Cristo, también conocido como de San Sebastián.
  4. Retablo de la Inmaculada.
  5. Retablo de Nuestra Señora la Virgen del Rosario.

1 - Retablo Mayor

Ubicado en la nace central.

La creación de este retablo se atribuye a Policarpio de la Nestosa, dado su similitud con otras obras realizadas por este autor. Se fecha en torno a 1660 y 1670 y permaneció tal cual y sin dorarse hasta el año 1771.

Este retablo se adapta al testero poligonal del templo, tiene banco con cuatro netos y dos relieves que describen la infancia de la vida de la Virgen María y en el centro queda roto para que aparezca en él un tabernáculo clasicista, el tabernáculo es de dos cuerpo, con columnas de fuste estriado en el primer cuerpo y entorchado en el segundo, en el que se han perdido las esculturas y que fue ejecutado en 1604 por Luís de Gabeo (el cuerpo principal se divide en tres calles y los elementos sustentantes son las clásicas columnas con fustes ondulados).

En los netos centrales aparecen dos nichos relicarios, las figuras se colocan en nichos de remate semicircular, en el centro aparece una talla gótica del siglo XV de la Virgen con Niño, es la Virgen Santa María la Mayor, en los laterales, las figuras de San Pedro y San Pablo, y por encima de las cuales, se hallan las escenas de la asunción y de la Coronación de la Virgen, estás esculturas son obras de Clemente de Quintana, pues guardan ciertas similitudes, sobre todo en los relieves, con las obras de este autor.

Para finalizar destacar el Tabernáculo es obra de Don Luís de Gabeo y se fecha en el año 1604. Está dividida en dos cuerpos decrecientes, que ocupan todo el ancho y todo el primer cuerpo, quedando decorados con relieves pasionales y pascuales, de carácter turriforme.

2 - Retablo de San Andrés

Se trata de un retrato clasicista de comienzos del siglo XVIII.

En la calle central aparece un nicho en cuyo interior está la imagen de San Andrés, a los lados aparecen dos lienzos de fecha anterior al retablo y representativos de San Guillermo y San Fulgencio pintados sobre lienzo y fechados hacia el año 1620-1630.

Por encima de estos lienzos se encuentran dos frontones triangulares partidos, por encima, se encuentra un entablamento con friso de triglifos y metopas. El remate está compuesto por un lienzo de Ánimas, ejecutado en 1757.

3 - Retablo de Santo Cristo (o de San Sebastián)

Este retablo fue ejecutado entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII.

En el nicho (altar) central aparece presidido por el Calvario, en el remate se halla San Sebastián.

Con la intención de darle una apariencia neoclásica el retablo fue de nuevo policromado a finales del siglo XVIII o comienzos del siglo XIX.

4 - Retablo de la Inmaculada

Se cree que fue ejecutado en el siglo XVIII y que sufrió un proceso de transformación en el que se simplifico bastante a finales de ese mismo siglo y a comienzos del siglo XIX. De tal forma, la iconografía original fue desapareciendo pues en la actualidad aparece presidido por imágenes modernas de la Inmaculada y San José.

5 - Retablo de Nuestra Señora del Rosario

Por obra del antiguo párroco de Buniel Don Casimiro Alonso se comienza en 1941 el primer paso destinado a la recuperación de este retablo tan devoto para todo el pueblo de Buniel, pues la patrona de Buniel es Nuestra Señora del Rosario. Este párroco hizo la primera voz de alarma al respecto del mal estado en que se encontraba este retablo y a partir de dicho momento el pueblo realizó por aquel entonces numerosos eventos a fin de ir recaudando el importe necesario para su recuperación, hecho que tiene lugar el 3 de octubre de 1943 en el que se bendice el nuevo altar.